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CPSR Statement on the Terrorist Attack

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This is an excellent forum for developing positions and learning detailed information.

Andy Oram

 
 

CPSR shares in the worldwide shock and horror in response to the September 11 terrorist attacks. As computer professionals, we are deeply saddened to see the use of technology for such destructive purposes. We hope to see technologists helping, perhaps in minor but important roles, in restoring infrastructure and preventing future attacks.

The events of the past week have left Americans from preschoolers to policy-makers confused, scared, and searching for appropriate responses. Although the desire for swift action is understandable, decisions made at this time may affect our world for years to come. As we formulate reactions to these attacks, we should consider the reasoning behind these decisions, and work to avoid simplistic responses.

The world we live in is one of advanced communications and computer technology that may seem threatening. It has only been a few days since the hijackings, but the Senate has already passed legislation increasing federal wiretap powers, and new legislation to limit the use of cryptography has been discussed.

It's certainly true that cryptography and the Internet could be used as tools for planning of terror. However, these tools serve useful, valid purposes that should be protected. On September 11, we learned the awesome destructive potential that commercial jetliners have when used as weapons, but no serious commentators have suggested banning passenger airplanes. Cryptography and email have been lifelines for oppressed peoples fearing reprisals for open communications.

Used correctly, encryption technologies might even be powerful weapons in the fight against terrorism, as concerned individuals in areas occupied by terrorists might provide valuable information via encrypted channels.

Increases in the use of Internet surveillance technologies like Carnivore and new limits of encryption are short-term actions that may have the appearance of bold action, but their value is limited and their costs may be real.

New legislation allowing the increased use of surveillance in order to track terrorists has been discussed. Protection of civil liberties requires that any such legislation should be narrow in scope and duration.

These hijackings also demonstrate the shortcomings of the National Missile Defense proposals. Space-based missile systems could not have prevented hijackers from taking over the planes. Even if an NMD system had been in place, and the planes had been tracked, it's far from clear that they could have been shot down without causing death and destruction comparable to - if not worse than - that which happened during the crashes.

This is not to say that there is no role for thoughtful use of technology in trying to prevent future terrorist actions. Improved security scanners, passenger "panic buttons" on airlines, cross-checks between passenger names and FBI "watch lists" are just few of the tools that might be implemented to increase airline security and reduce the latitude for future attacks.

Tradeoffs between liberty and security are not appropriate if the liberty lost is real and the security gained is illusory. Political, military, and business leaders should work towards solutions that will provide meaningful security while respecting civil liberties.

CPSR comparte el horror y el shock mundiales en respuesta a los atentados terroristas del 11 de septiembre. En tanto que profesionales del mundo de la computación, nos entristece ver el uso de la tecnología con fines tan destructivos. Esperamos que ahora los expertos en tecnología ayuden, quizás en roles menores pero importantes, a la hora de restablecer las infraestructuras y evitar futuros ataques.

Los eventos de la pasada semana han dejado a los norteamericanos -desde los niños de preescolar a los políticos, confundidos, asustados y buscando respuestas apropiadas. Aunque el deseo de una acción rápida es comprensible, las decisiones que se tomen en este momento podrían afectar al mundo en los próximos años. A medida que formulamos reacciones a estos ataques, deberíamos considerar las razones tras esas decisiones, y trabajar para evitar las respuestas simplistas.

Vivimos en un mundo de comunicaciones avanzadas y tecnologías informáticas que podemos encontrar amenazador. Sólo han pasado unos días desde los secuestros, pero el Senado ya ha aprobado una legislación para aumentar las capacidades federales a la hora de intervenir las comunicaciones, y actualmente se está debatiendo nuevas leyes para limitar el uso de la criptografía.

Sin duda, es verdad que la criptografía e internet pueden usarse como herramientas para plenar el terror. Sin embargo, estas herramientas también sirven para propósitos útiles y válidos, que deberían protegerse. El 11 de septiembre descubrimos el increible potencial destructivo de la aviación comercial usados como armas, pero ningún comentarista serio ha sugerido prohibir los aviones de pasajeros. La criptografía y el correo electrónico han sido salvavidas para pueblos y personas oprimidas que temían represalias ante una comunicación pública.

Usadas correctamente, las tecnologías de cifrado pueden incluso llegar a ser armas poderosas en la lucha contra el terrorismo, pues individuos preocupados en áreas ocupadas por terroristas podrían proveer información valiosa a través de canales cifrados.

Aumentos en el uso de tecnologías para vigilar Internet como Carnivore y los nuevos límites al cifrado son acciones de corto alcance que podrán parecen acciones valientes, pero su valor es limitado y los daños pueden ser reales.

Se están discutiendo nuevas leyes que permitan el aumento de la vigilancia para así localizar a los terroristas.La protección de las libertades civiles requiere que cualquier ley de este tipo esté limitada, tanto en su uso como en su duración.

Estos secuestros también demuestran la falta de viabilidad de las propuestas de la Defensa Nacional Anti Misiles. Sistemas anti misiles en el espacio no podrían haber evitado que los secuestradores asaltaran los aviones. Incluso aunque estuviera actualmente en marcha un sistema NMD, y se hubiera podido localizar a los aviones, no está nada claro que se les pudiera haber destruido sin haber causado muerte y destrucción comparable -quizás incluso superior- a lo que sucedió tras los choques.

Ello no quiere decir que la tecnología no tenga un papel a la hora de evitar futuras acciones terroristas. Mejoras en los escáneres de seguridad, botones de "aviso de pánico" para pasajeros en los aviones, comprobaciones de las listas de pasajeros con las del FBI, son solo unas pocas herramientas que se podrían implementar para aumentar la seguridad en las líneas aéreas y reducir la importancia de ataques futuros.

Hacer trueques con la libertad y la seguridad no es una acción apropiada si la pérdida de libertad s real y la seguridad obtenida ilusoria. Los líderes políticos, militares y económicos deberían trabajar conjuntamente hacia soluciones que produzcan seguridad significativa respetando a la vez las libertades civiles.